León, de León Felipe

El espectador se encontrará con una pareja de ancianos y su cuidadora.  Ellos con todos los achaques propios de la edad y enfadados con el mundo, y la cuidadora  bordeando la discapacidad mental.

El delirio de la vieja provoca la transformación de nuestros tres personajes en los ideados por León Felipe, de manera fragmentaria y adaptados a un elenco de dos actrices y un actor. Cuando se produce la transformación cambian radicalmente de personajes tanto en el ritmo como en la movilidad corporal.

Se nos presentan unos personajes eternos y universales y fácilmente identificables en la actualidad. Los caprichos crueles de la Corte, los entresijos sórdidos de una primera confesión y la pobreza de un poeta y su amada.

El resultado de este proceso es un espectáculo mixto donde se entrelazan al cincuenta por ciento una parte exclusivamente gestual (sin palabras) y otro con el corrosivo discurso del autor.

El espacio escénico nos muestra una accesoria antigua donde se presentan la cocina al fondo con fregadero, lavadora, frigorífico, vater a la izquierda del espectador, puerta de entrada a la casa a la derecha del espectador. Dos sillas y una mesa camilla. Varias jaulas. Una de ellas con un pájaro. Impresión de estar todo muy destartalado.

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