El Ayuntamiento instala un azulejo cerámico en el barrio de la Feria del Distrito Casco Antiguo para rememorar la inclusión de este enclave en varias de las obras de Cervantes

Noticia - publicada 01/05/2021

La estética de la placa, instalada en la Plaza Calderón de la Barca en su esquina con la calle Amargura, es similar a las 25 que se colocaron en 1916 para conmemorar el III centenario de la muerte de Cervantes. Una de las seis perdidas se localizaba precisamente en este entorno

El Ayuntamiento de Sevilla, a través del Distrito Casco Antiguo, ha instalado un azulejo conmemorativo dedicado al escritor Miguel Cervantes en la Plaza Calderón de la Barca, en su esquina con la calle Amargura, similar a los colocados en 1916 en distintos enclaves de la ciudad mencionados en muchas de las obras cervantinas. En concreto, la nueva placa cerámica luce ya en la fachada de la abacería propiedad de José Joaquín Moreno Gutiérrez, quien fue el promotor de esta iniciativa aprobada en la Junta Municipal del Distrito.

“El príncipe de los ingenios españoles Miguel de Cervantes Saavedra menciona los vecinos del barrio de la feria en tres de sus obras: Rinconete y Cortadillo, El rufián dichoso y Don Quijote de la Macha (Cap. XVII)”. Es la referencia que contiene este azulejo cerámico, obra del pintor ceramista Antonio Hermosilla Caro, el encargado también de la restauración en 2016 de las placas de 1916. De las 25 originales se conservan 19, y precisamente una de las perdidas estaba localizaba en la Plaza Calderón de la Barca.

“… por las mañanas, a la Carnicería y a la plaza de San Salvador; los días de pescado, a la Pescadería y a la Costanilla; todas las tardes al río; los jueves, a la Feria…” (Rinconete y Cortadillo, 1613). “Porque me alegro y me espanto de lo que con hombres vale. ¿Hay más que ver que le dan parias los más arrogantes, de la heria los matantes, los bravos de San Román?” (El rufián dichoso, 1615). “Quiso la mala suerte del desdichado Sancho que entre la gente que estaba en la venta se hallasen cuatro perailes de Segovia, tres agujeros del Potro de Córdoba y dos vecinos de la Heria de Sevilla” (El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, 1605-15). Son referencias al enclave de Feria en las obras de Cervantes.

“Con esta iniciativa, que agradecemos a José Joaquín Moreno Gutiérrez, saldamos una deuda pendiente del barrio de la Feria con su propia historia y con el insigne escritor, quien lo inmortalizó en sus obras”, ha dicho el delegado del Distrito Casco Antiguo, Juan Carlos Cabrera, quien ha asistido al descubrimiento del azulejo cerámico, junto con el promotor de la petición, la directora del Centro Andaluz de las Letras, Eva Díaz Pérez, y el escritor y experto cervantista Rafael Raya Rasero.

Los azulejos que se instalaron hace un siglo y que evocan los lugares en los que se inspiró el escritor para muchas de sus novelas partió de la iniciativa del archivero, catedrático del Bellas Artes y estudioso de la historia y el patrimonio de Sevilla José Gestoso y Pérez (Sevilla, 1852-1917). Se encargó de diseñar también los azulejos realizados en la fábrica trianera de José Mensaque y Vera siguiendo la técnica tradicional de cuerda seca.

Todas las placas cerámicas cervantinas aparecen encabezadas de la misma manera: “El príncipe de los ingenios españoles Miguel de Cervantes Saavedra…”, y en ellas se hace referencia al espacio y a la obra cervantina en la que aparece recogido. Enmarcados por una cenefa con motivos vegetales, presentan en su parte superior el escudo del Ayuntamiento y un retrato de Cervantes.

Se instalaron en 1916 con motivo del III centenario de la muerte de Cervantes. Se conservan 19, que fueron restauradas en 2016 por la Gerencia de Urbanismo de Sevilla al cumplirse un siglo de su instalación y cuatro del fallecimiento del escritor. Las lápidas perdidas estaban en Tomás de Ibarra, La Alfalfa, la calle Monsalves, la iglesia de San Hermenegildo, la calle Castelar y la plaza de Calderón de la Barca.

Se trata de la segunda iniciativa que se acomete en el último mes con respecto a la figura de Cervantes en el Casco Antiguo, tras cometerse la reordenación del entorno de la escultura del escritor entre las calles Entrecárceles y Francisco Bruna, con un diseño que amplía el espacio peatonal y mejora la conservación y la protección del busto de bronce realizado por el escultor Sebastián Santos Roja en 1974.