Ricardo Huete y Leire de Diego

Pre-FeMÀS 23. Sevilla HIP Ensemble

Marin Marais (1656- 1728)
Tombeau pour Mr. de Sainte-Colombe de la suite nº 6 en mi menor de Pièces de Viole, livre II

François Couperin (1668- 1733)
Suite nº 1 de Pièces de Violes avec la basse chifrée
Prelude, Allemande, Sarabande, Passacaille ou Chaconne

Louis Couperin (1626- 1661)
Suite en fa mayor de Pièces de Clavecin
Prelude, Allemande, Courante, Sarabande

Michel Corrette (1707- 1795)
Sonata nº 2 de Les délices de la solitude
Allegro, Aria I, Aria II, Allegro Staccato

Jean-Baptiste Barrière (1707- 1747)
Sonata nº 1 de Sonates pour le Violoncelle, livre I
Adagio, Allegro, Adagio-Andante, Allegro

El instrumento bajo por excelencia en Francia durante el siglo XVII y principios del XVIII fue la viola da gamba, gracias a su «aterciopelado sonido capaz de imitar a la voz humana» y a sus profundos graves. Violagambistas y compositores como Monsieur de Sainte-Colombe, Marin Marais, Antoine y Jean-Baptiste Antoine Forqueray llevaron el instrumento a su máximo esplendor y expresión musical. Simultáneamente comenzaba a sonar en la Francia del siglo XVII un nuevo instrumento gestado en Italia, antes desconocido: el violoncello. El recibimiento que tuvo no fue de lo más agradable, pues muchos lo criticaron y renegaron de él puesto que lo percibían como una amenaza. Podemos sumar a esto que ambos instrumentos compartían algunas características, lo cual al fin y al cabo creó bandos y diversidad de gustos y opiniones. Pondremos como ejemplo a Hubert le Blanc, quien escribió un libro, publicado en 1740, cuyo título dejaba muy claras sus intenciones. El libro se hacía llamar Defense de la basse de viole contre les entrèprises du violon et les prétensions du violoncel. En el lado opuesto estaban aquellos que apoyaban el progreso y desarrollo de este nuevo instrumento, como fue el caso de Michel Corrette, el cual publicó uno de los primeros métodos de aprendizaje para violoncello en Francia. Con el paso del tiempo, y gracias a figuras como Jean Barrière, Martin Berteau y los hermanos Pierre y Louis Duport, el instrumento fue haciéndose cada vez más popular y ganando protagonismo en el ámbito musical francés. La viola da gamba, por lo tanto y por desgracia, fue siendo desplazada hasta quedar en el olvido. Más adelante, en la segunda mitad del siglo XVIII, ya apenas se escribía música para este instrumento. Desde aquí no nos gustaría continuar con el enfrentamiento, sino más bien todo lo contrario, y sacar a la luz todas y cada una de las virtudes que, junto con el clave, poseen estos dos instrumentos. Ricardo Huete.

 

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